El desafío de las sectas y de las religiones de inspiración indígena: urgencia de un anuncio renovado del Evangelio
Las sectas son grupos confesionales, reducidos en el número de sus adeptos, marcados por un fuerte movimiento exclusivista y elitista. En ellas, la actitud excluyente se basa en la certeza que tienen de poseer la salvación cristiana. Van hacia los otros no en actitud de diálogo, sino por intereses proselitistas: las sectas excluyen por principio el ecumenismo. Por ésta actitud y por los contenidos reduccionistas de sus doctrinas, constituyen un grave obstáculo para la verdadera Evangelización. La tarea de clasificación de las sectas se plantea como inmensa y al mismo tiempo urgente.
Las religiones de inspiración indígena, en la coyuntura cultural y religiosa de América Latina, no tienen menos importancia. Ellas surgen de diversos impulsos ideológicos recientísimos. A partir de la celebración del quinto centenario del descubrimiento y de la Evangelización de América (1492-1992) se ha despertado multitud de corrientes que tratan de “revisar” dichos acontecimientos desde diversas perspectivas. Asistimos a una emergencia de varias interpretaciones de la identidad indígena, sobre todo como Naciones dentro de las Naciones. Esa emergencia está produciendo la toma de conciencia de los derechos de los pueblos indígenas y sus culturas, que involucra propuestas para un renacimiento de las religiones precolombinas. La mayoría de estos movimientos de reflexión sobre la identidad religiosa pre-colombina, tienen fuertes acentos de reivindicación histórica, ante las dramáticas condiciones en medio de las cuales se dio la primera Evangelización del continente.
1. Las sectas y el secularismo en la cultura: una influencia mutua
Las sectas nacen de la cultura secularista y el secularismo es, en buena parte, el efecto que las sectas causan en el individuo y la comunidad. Es decir, ambos fenómenos expresan una crisis de la modernidad, y por ello son inseparables. Ante la crisis de la cosmovisión anterior, la ruptura con los valores, creencias de los antepasados y el sentido de pertenencia a las instituciones, el florecimiento de las sectas y nuevos movimientos religiosos obedece a la necesidad de llenar un vacío en la Weltanschauung que todo ser humano necesita para regirse. Se trata por tanto de “reintegrar una visión de la realidad”. Se trata también de “reinventarse” religiosamente.
1. Las notas predominantes de la “época de las sectas” fundamentalistas:
1. Nuevo sentido de la Historia, universal y personal, y de la presencia de Dios en ella.
2. Nuevo sentido de la relación causa-efecto, promesa-realidad, en la vida y relaciones sociales y mundo religioso personal.
3. Nuevo sentido de la relación individuo-comunidad, creyente-Iglesia, Fe y comunión de los santos.
4. Sentido de la existencia como camino de realización personal en todo aspecto. La teología de la prosperidad
5. Nuevo sentido fragmentado de las “verdades de Fe” y su relación con la integralidad de la existencia.
6. Sentido creciente del “laicismo estatal radical” y su influencia en la cultura y práctica de la fe personal.
2. Algunas acciones oportunas en Evangelización y Pastoral en general.
Como se ha señalado en las propuestas para esta Asamblea, se trata de discernir los elementos de una acción pastoral que, por una parte, identifique los elementos del secularismo en la vida de la Iglesia, en la cultura donde ella crece y vive, a la vez que de impulsar un programa adecuado de educación y de formación cristiana. En orden contribuir a ese momento conclusivo, quisiera presentar algunas acciones que pueden ser oportunas en Evangelización y en Pastoral en general.
1. El rescate del proceso existencial del “discipulado y misión” en la Iglesia de Cristo. En 1998 el Siervo de Dios Juan Pablo II señalaba: “la pregunta de algunos Padres Sinodales de si una pastoral orientada en modo casi exclusivo a las necesidades materiales de los destinatarios no haya terminado por defraudar el hambre de Dios que tienen esos pueblos, dejándolos así en una situación vulnerable ante cualquier oferta supuestamente espiritual. Por eso, es indispensable que todos tengan contacto con Cristo mediante el anuncio kerigmático gozoso y transformante, especialmente mediante la predicación en la liturgia. Rescatar el momento kerigmático que pueda enriquecer a los católicos y reorientar aquel sentido de la trascendencia, de la Escatología, de la pertenencia al Pueblo de la Nueva Alianza y de la ética cristiana.
2. Fortalecimiento de la “vida en Cristo” dentro de las comunidades católicas, afectadas ellas también por una cultura de secularismo. Comenzando por la revitalización de los lugares de encuentro con Jesucristo vivo y también apreciar la expresión de indudable religiosidad de nuestros pueblos presente en su piedad popular. Impulso pastoral de las comunidades parroquiales o centros menores como verdaderos centros de acogida, de orientación, de santificación y de misionalidad. Ir especialmente a los católicos que han dejado la Iglesia para unirse a otros grupos. Privilegiar la auténtica aproximación de los fieles a la Sagrada Escritura.
3. La vigorización de la Catequesis de la “vida en Cristo” que sigue al anuncio misionero y tiene su lugar en el seno de la Comunidad Eclesial. No se puede competir con la metodología de las sectas, al punto de olvidar la esencia del mandato misionero: no solo ir y hacer discípulos sino también enseñarles a fondo lo que significa la vida en. Rescatar por tanto la Hagiografía que coloque ante los ojos de los hombres y mujeres de nuestro tiempo la concretes, la posibilidad y los modelos cercanos de la vivencia en Cristo de la felicidad, la realización y el compromiso con el bien.
4. La animación en la participación de los fieles en la Liturgia y su mejor atención pastoral. Es necesario contar con Leccionarios o traducciones del Misal Romano adecuadas. Ofrecer más abundantemente el Sacramento de la Reconciliación “pastoral de la escucha”, como momento de encuentro con Jesucristo.
5. El estudio y discernimiento constantes del fenómeno de las sectas, tan variable y degenerativo.Los avances proselitistas de las sectas y de los nuevos grupos religiosos en América no pueden contemplarse con indiferencia. Exigen de la Iglesia en este continente un profundo estudio, que se ha de realizar en cada nación y también a nivel internacional, para descubrir los motivos por los que no pocos católicos abandonan la Iglesia. A la luz de sus conclusiones será oportuno hacer una revisión de los métodos pastorales empleados de modo que cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una atención espiritual personalizada, consolide las estructuras de comunión y misión, y use las posibilidades evangelizadoras que brinda la religiosidad popular purificada, a fin de hacer más viva la fe de todos los católicos en Jesucristo, por la oración y la meditación de la Palabra de Dios”.
2. Religiones de inspiración indígena en una sociedad latinoamericana que vive en forma particular el secularismo
Asistimos en nuestros días al renacer de religiones de inspiración indígena, que en cierto modo son el paralelo de aquellos otros movimientos de ubicación europea. Todos ellos son parte de la Nueva Era, que no deja de esconder profundos nacionalismos y racismos reaccionarios a la pan-cultura de los siglos XIX y XX. En el caso de la América Latina se conjuga el reclamo histórico de situaciones concebidas como agresión cultural de la Conquista y Evangelización de América. No se trata simplemente de que vuelvan los dioses y se reivindica su culto. Se trata de reivindicar a sus adoradores, a los hombres de aquellas culturas cuyos valores religiosos hay que revivir para que ellos tengan vida.
1. Una relectura de la identidad religiosa pre-colombina
A partir de la celebración de los 500 años de la Evangelización de América (1492-1992) surgió una serie muy variada de movimientos ideológicos: junto a la celebración eclesial del encuentro con Jesucristo con las culturas americanas, se suscitaron igualmente interpretaciones tendientes sobre todo a revisar los acontecimientos de los siglos XVI y siguientes, desde una perspectiva reivindicadora de los derechos de los pueblos americanos que, en aquellas circunstancias, sufrieron innegablemente.
2. El centro del reclamo religioso indígena
En el campo específico de los derechos de los pueblos indígenas, destaca la cuestión religiosa, con el argumento de que la identidad de dichos pueblos se refuerza con el rescate de sus creencias originarias, previas a la Evangelización. Al centro de dicho reclamo se encuentra una innegable revisión de lo que significa la Fe cristiana católica para la cosmovisión y el ejercicio de la identidad de esos pueblos. No faltan quienes, en base a una “leyenda negra” de la Conquista-Evangelización, propongan volver a las creencias pre-cristianas como parte de la reivindicación de la dignidad de los pueblos indígenas. No puede dejarse de lado el ambiente cultural de la Nueva Era, especialmente en su aspecto chamanista y neo naturalista en general.
3. El surgimiento de una religiosidad de inspiración indígena al interno de la misma Iglesia Católica.
Actualmente es urgente discernir hasta dónde la tarea de inculturación es genuina, es oportuna, posee la identidad cristiana como fundamento sólido, o bien puede servir al alejamiento de las culturas indígenas de la Fe cristiana. No es lícito ni adecuado para la auténtica tarea de inculturación, asumir aceleradamente procesos que, en apoyo de la emergencia indígena continental, comprometan la autenticidad de la Revelación.
4. Algunas acciones oportunas para la Evangelización y misión hacia las culturas indígenas.
1. Discernir la tarea pastoral frente a la emergencia de nuevos movimientos espirituales de inspiración indígena en América Latina implica una variedad de acciones que van, desde el acompañamiento de las personas que viven dentro del fenómeno mismo (los indígenas, sus familias, sus condiciones socio-históricas, su juventud), hasta la renovación de actitudes frente a esta realidad.
2. Observar constantemente la evolución e institucionalización progresiva de estos movimientos espirituales-culturales y socio-políticos, sobre todo en los momentos actuales, donde se urge la implementación legal de los “derechos de los pueblos indígenas” en las legislaciones nacionales.
3. Compete especialmente a los Obispos y a las instancias del quehacer teológico-pastoral profundizar y divulgar los resultados de una reflexión constante entre revelación cristiana e inculturación, especialmente en el campo de la llamada “teología india”.
4. Examinar las orientaciones teológicas y pastorales del Clero y de la Vida Consagrada, de modo que su acción sea en verdad oportuna y plenificadora de la vida que Jesucristo ha venida dar a los pueblos.
Conclusiones
Aún cuando se ha querido relacionar de modo lo más directamente posible sectas y religiones de inspiración indígena con el tema de fondo del “secularismo”, en el camino preparatorio a esta Ponencia han surgido algunas constataciones sin duda ya insinuadas en las líneas anteriores:
1. En América Latina el significado de las sectas no es exactamente la expresión del secularismo como “construcción de un mundo sin Dios”. Más bien, dada la profunda identidad religiosa de nuestros pueblos, es la cultura cambiante la que se refleja en la “fe de las sectas” y su visión de Dios, del hombre y de la historia, así como en sus prácticas religiosas.
2. Las sectas son producto de la cultura moderna y post-moderna al mismo tiempo que contribuyen a la progresiva configuración de la misma: el elegir, construir y hasta prescindir a gusto y conveniencia personal de la adhesión a Dios, de su convergencia o no al mundo personal va a continuar influyendo en la disociación de las grandes Iglesias (Católica y Evangélica) tal y como las mismas Naciones tienden a disolver la globalidad de su significado en los regionalismos, minorías, grupos con derechos especiales, emergencia de los marginados, etc.
3. La Nueva Evangelización tiene en la dinámica del discipulado-misión una fuente maravillosa de respuestas ante la fragmentación de la cosmovisión global, la identidad religiosa grupal y sobre todo el creciente secularismo: si el hombre y la mujer de todos los tiempos tiene la vocación divina a “crecer y tender hacia la plenitud” que les de da su naturaleza íntima como “imagen y semejanza de Dios” (cfr. Gen 1, 27) el esfuerzo pastora adecuado consistirá en replantear el tema del “seguimiento-configuración con Cristo, Hombre Nuevo, creado según Dios para llevar una vida verdaderamente recta y santa” (Ef 4, 24).
4. De cara a la compleja situación de la emergencia de las culturas y religiones de tipo indígena es importante plantearse a fondo el significado auténtico de la misión hacia tales culturas al mismo tiempo que el significado de lo que es un auténtico apoyo cristiano a sus anhelos: ello sin olvidar el carácter “pastoral y evangelizador” de la Iglesia en tales ámbitos y evitando perder la integridad e impacto de la Revelación en Cristo.
5. Para ello habrá que profundizar y re proponer el papel profundamente humanizador del Evangelio, y la misma historia de la evangelización; elementos que no pueden dejarse a la interpretación parcial de ciertas “escuelas de historia” parciales y definitivamente anticatólicas en sus formulaciones.
6. Para todo ello, aún desde los particulares énfasis de los ambientes culturales donde vive la Iglesia habrá que unir esfuerzos: considerar en serio la enorme influencia del momento “transcultural” que operan la Informática y descubrir en ella un aliado para globalizar la propuesta del Jesucristo a quien en el fondo anhelan todos los pueblos y todas las personas aún en su búsqueda errada por diversos caminos, según ha afirmado la Iglesia en los últimos veintiún siglos: Para ti nos hiciste, Señor, y nuestro corazón no estará tranquilo mientras no vuelva a ti.
Texto integral en: CF XVI (2) 2008